La economía va de mal en peor pero una madre de tres en el condado de Westchester, New York, ha encontrado una manera de ganarse unos dolaretes adicionales visitando las tumbas de desconocidos totales. Por una cuota.
Según Vincent M. Mallozzi del New York Times, Terry Marotta-Lopriori de 57 años anuncia sus servicios en volantes y avisos en los periódicos locales. “Mantenga sus muestras a amor y respeto para con sus seres queridos que han fallecido. Si por alguna razón no le es posible visitar a los suyos, yo puedo ayudar. Ya necesite flores, oraciones, o un informe sobre la condición de la tumba, yo visitaré el cementerio”.
Enviará prueba de la visita en un correo electrónico o por el correo terrestre, agrega.
El periodista del Times la acompaña en una visita a la tumba de una niña, donde la visitadora respetuosamente coloca flores para luego tomar una foto con su cámara digital, que enviará a la madre que la contrató.
Dice el Times que la cuota mínima es US$25 por los cementerios del condado, y un poco más por los más lejanos.
Terry Marotta-Lopriori dice ser una persona “energista”, con la capacidad de recibir energía de los vivos y transmitir a los muertos.
¿Cómo se le ocurrió esa idea?, pregunta el Times:
“‘Esta visitando a mi padre el mes pasado y me dijo, ‘Terry, siempre estás en el cementerio; por qué no ganas un poquito de dinero con todo esto?’
“Su padre, Carmine Marotta, murió hace seis años y medio”.
