Andrei Krivorukov, de Tobolsk, en Rusia, cerca de Siberia, se salvó por un pelo de un rarísimo accidente.
Tuvo la pésima suerte que cayera sobre su casa un trozo de un satélite que explotó rumbo al espacio.
El satélite, según Jesús Díaz de Gizmodo, era un Meridiano que se emplea para las comunicaciones civiles y militares.
Se dirigía a la órbita terreste a bordo de un cohete Soyuz-2 lanzado desde el cosmódromo de Plesetsk.
El Soyuz explotó en miles de fragmentos con todo su contenido, lanzando la fuerza fragmentos a diestra y siniestra.
Uno de ellos tenía la dirección de donde Andrei Krivorukov y hasta ahí llegó.
Era una pelota de titanio, con un peso de 11 libras que, según Gizmodo, cayó justo donde se encontraba Andrei Krivorukov instantes antes de que saliera a buscar leña para la chimenea. (Hace un frío terrible en Siberia).
Agrega Gizmodo que el municipio pagará por el techo del afortunado individuo que estuvo a punto de tener la peor suerte del mundo.
Nos preguntamos si, ¿debería él comprar o no lotería?
