Trayvon Martin, un joven afro americano de 17 años, muere de un balazo a manos de George Zimmerman, “capitán” de la defensa civil de una comunidad en Sanford, Florida, mientras camina a casa.
George Zimmerman dice que fue auto defensa.
La ley “Hold your Own Ground” (mantenga su espacio) de la Florida le respalda.
Las autoridades aceptan su versión.
Y George Zimmerman sigue libre.
Los padres del joven protestan, miembros de la comunidad afroamericana les escuchan, respaldan y movilizan exigiendo una investigación.
Y George Zimmerman sigue libre.
Pasado casi un mes, y a medida que se filtra la noticia, por toda la nación crece la indignación ante la impunidad con que fue muerto el adolescente, llevando a más protestas, reportajes, editoriales.
Y George Zimmerman sigue libre.
Bajo enorme presión, las autoridades hacen públicas las grabaciones de las llamadas telefónicas entre Zimmerman y el servicio 911, las cuales se transmiten en los noticieros del país con una frecuencia hasta el punto que toda la nación podría recitar paso por paso los detalles:
- Trayvon Martin había comprado un refresco y un paquete de dulces
- Regresaba a casa de la novia de su padre para ver el segundo tiempo del partido de basquetbol en la televisión
- Entre lo primero que George Zimmerman discutió con 911 fue la raza del muchacho a quien ya él había llamado “sospechoso”
- En contra de las indicaciones de la policía, George Zimmerman decidió seguir con su vehículo a Trayvon Martin
- En numerosas ocasiones, Georege Zimmerman usa lenguaje soez para referirse a los afroamericanos
- El joven se puso nervioso, se subió la capucha, y desde su celular llamó a su novia
En medio de las grabaciones entrecortadas, la nación entera escucha los desgarradores últimos instantes del muchacho pidiendo ayuda
Y George Zimmerman sigue libre,
Mientras el Departamento de Justicia discute la posibilidad de investigar el incidente como uno de violencia racial, en Sanford, Florida, un Gran Jurado dice que a fines de abril comenzará a investigar el caso: ¡casi dos meses después!
Y George Zimmerman sigue libre.
En un país en que el ser negro, hispano u otro grupo étnico basta para ser “sospechoso”, en donde un civil puede adjudicarse poderes policiales y la ley lo respalda, lo que cejó la vida de este adolescente, destruyó una familia y horrorizó al mundo puede suceder en cuaquier momento.
A usted. A mí. A nuestros hijos: porque Trayvon Martin somos nosotros.
La justicia en este caso comienza con el arresto de George Zimmerman.
Carlos F. Torres
Marzo 22 del 2012