Ante la aterradora perspectiva de caer en la pobreza, millones de estadounidenses han optado por regresar a casa de sus padres o compartir vivienda con amistades, indica un nuevo informe de las Oficinas del Censo reseñado por Michael A. Fletcher en el Washington Post.
Los adultos jóvenes han sido los más afectados: 15.8 millones viven todavía en casa de sus padres, dice.
Esta imposibilidad de dejar el nido, dice el Washington Post, retro alimenta la crisis económica. Entre otros efectos conduce a reducciones en la demanda de vivienda, compra de amoblados y electrodométicos.
Calculan economistas que en la actualidad hay menos de 2 millones de viviendas ocupadas de las que existirían si se hubiera mantenido el crecimiento a los niveles anteriores a la recesión.
Para los caballeros: no olviden levantar la tapa del baño.