En el seno de una familia noble, cuyos orígenes se vinculan en el siglo XV con el príncipe de Moscú, Iván III, nace en 1873 Sergei Rachmaninov.
El ambiente que lo rodeaba era proclive a las manifestaciones musicales cultas, a la vez que su lugar de nacimiento, en la provincia de Novgorod, lo envolvía con impresiones inolvidables que provenían del canto popular y los cantos religiosos.
Después de haber estudiado en el Conservatorio de San Petersburgo, arriba al de Moscú. Al margen de otros maestros, Tchaikovsky habría de influir de manera notable sobre el muy joven compositor.
Es justamente en su carácter de alumno de esta casa de estudios cuando debió componer, entre otras obras, una ópera para obtener su diploma en 1892. Tenía diecinueve años. El tema elegido fue Aleko , estrenada al año siguiente.
El argumento de Puchkin se desarrolla en un campamento de gitanos. Uno de ellos, de edad avanzada, cuenta la historia de su mujer Mariula, que abandona a su pequeña hija, Zemfyra, para huir con un joven del campamento vecino. Años después un gitano joven, Aleko, casado con Zemfyra, que a su vez le es infiel, le pregunta a su suegro por qué en aquella ocasión no mató al ladrón.
Cosa que él sí hará cuando, detrás de una colina, sorprenda a su mujer con su amante, a quienes mata. El viejo gitano se desploma sobre el cuerpo de su hija y da caza a Aleko.
Para su tercera ópera, compuesta en 1904 y estrenada en 1906 en el teatro Bolshoi, Francesca da Rimini (la segunda es El caballero avaro), Rachmaninov acude a un libreto de Modesto Tchaikovsky, el hermano del compositor, basado en el Canto V del “Infierno” de la Divina comedia de Dante.
El Prólogo describe el Infierno, donde se perfila la sombra de Virgilio, a cargo de un barítono que dialoga con Dante, un tenor. Para sugerir los tormentos y suplicios y la visión de los espectros que gritan y gimen, el joven músico recurre a un exacerbado cromatismo y a encadenamientos armónicos subrayados por un coro a cuatro voces, que buscan dar la impresión de desgarramiento y disloque.
Luego la historia se desarrolla según los pasos de la dantesca historia, sobre la base de sus tres personajes, Francesca y los hermanos Paolo y Lanciotto, este último convertido en el asesino de los desdichados amantes.
Gemidos, súplicas y gritos, ilustrados musicalmente con glissandi cromáticos de un coro sin palabras, ponen fin a una historia tremendamente expresiva.
Por su parte, el piano ya estaba en la mente de Rachmaninov como instrumento que sería definitivo en su vida posterior. En 1893, año del estreno de Aleko , compuso su Fantaisie-Tableaux op. 5 para dos pianos , que tocó con Pavel Pabst el 30 de noviembre del mismo año.
La obra fue dedicada a Tchaikovsky. Pero ésta ya es otra historia. En realidad, será la “verdadera” historia de Sergio Rachmaninov.
Copyright NoticiasFinancieras