Al parecer, el Shylock de Shakespeare fue autobiográfico.
Académicos de la Universidad de Aberystwyth en Gales sostienen que el bardo era un hombre de negocios inteligente, vendiendo grano a precios inflados durante una hambruna y persiguiendo a los que le debían dinero.
Informa Sam Marsden en The Telegraph que estas relaciones comerciales más de una vez causaron problemas al maestro: fue acusado de evasión fiscal y procesado por el acaparamiento de granos en una época de escasez.
Dicen estos investigadores, que el mundo académico ha pasado por alto las actividades financieras de Shakespeare con el fin de preservar su imagen de genio romántico.
“Shakespeare el acaparador de granos ha sido editado de la historia para que pudiera florecer Shakespeare, el genio creativo”, escribieron en un artículo que saldrá este mes de mayo en el festival literario de Hay.
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