En un cambio radical con el concepto establecido por décadas de que los bienes raíces son una de las principales fuentes de riqueza, los expertos inmobiliarios creen que la vivienda nunca más generará recompensas como las que se disfrutaron en la segunda mitad del siglo 20, cuando además de proveer albergue, las casas eran una generosa fuente de ahorros, dice David Streifeld en el New York Times.

La noción de la vivienda como una inversión comenzó a florecer en los EUA después de la Segunda Guerra Mundial, cuando miles de soldados desmovilizados recibieron ayuda federal para comprar las casas donde colocarían sus nuevas familias, dice.

El valor de la vivienda, explicó, impulsó la economía, pagando por la educación de hijos y nietos, permitiendo un lujoso estilo de vida para millones de propietarios felices.

Pero todo esto es el pasado, agrega. Cita a varios economistas según los cuales el valor de la vivienda se mantendrá al ritmo de la inflación. “Una casa devuelve el dinero que el propietario pone, pero no multiplicará la inversión”.

Unos $6,000,000,000,000 se evaporaron desde el 2005, y puede tardar unos 20 años para recuperar este tipo de riqueza basada en la propiedad.

La perspectiva a corto plazo es sombría, dice. La oferta de casas en el mercado podría aumentar en los próximos 12 meses, presionando hacia abajo los precios, lo cual al combinarse con vendedores necesitados compitiendo compradores, aceleraría una caída que ya ha recortado hasta en un 30 por ciento el valor de las viviendas.

Sin embargo, el artículo señala, no todo el mundo está de acuerdo. Le dice un economista,  “La gente tiene que vivir algún sitio. En tres o cuatro años las cosas reanudarán su curso normal, y el valor de la vivienda seguirá aumentando”.

Igual, muchos dueños de casa mantienen la fe, concluye.

Artículo en inglés

Foto cortesía de sercasey via flickr