Con un apellido como Comette, no es de extrañar que un meteorito hubiera venido a visitarles.

Afortunadamente, estaban de vacaciones y no le rompió a nadie la cabeza, ni mucho menos.

Se trata, según Le Parisien, de un fragmento de 4.5 mil millones de años desde su formación, que se originó en un cinturón de asteroides entre marte y jupiter.

Es del tamaño de un huevo.

Que se sepa, nunca había caído uno tan cerca a la capital francesa y es solo uno de 60 que han caido en Francia en los últimos cuatro siglos.

Los Comette se sienten algo afortunados.

Aunque ya saben que su nombre y dirección están escritos en el universo.

Y en cualquier momento llegan más visitas.

Ojalá que no les caiga en la cabeza.

Artículo en francés