Annika Hernroth-Rothstein, ciudadana sueca, escribe para publicaciones de derecha promoviendo su punto de vista. En una nota publicada en The Daily Beast, evalúa la actuación de Juan Guaidó, el autoproclamado presidente de Venezuela que hace algo más un mes se preparaba para entrar triunfal al palacio de Miraflores y en la actualidad es cada vez más obvio que perdió su oportunidad. Traducimos apartes. 

“CARACAS, Venezuela. Fue como el regreso del rey.

Juan Guaidó aterrizó en el aeropuerto Simón Bolívar el lunes 5 de marzo, alrededor del mediodía, hora del este, y el mundo entero lo observaba mientras salía del avión presidencial. Después de twittear en vivo todos sus movimientos desde que salió de Venezuela el 22 de febrero — incluido un video viral desde el interior del avión al aterrizar — el presidente interino caminó la poca distancia desde el avión hasta la inmigración, mientras que todo el país contuvo la respiración.

Guaidó lucía tranquilo, casi arrogante, mientras pasaba por inmigración y salía a las calles para encontrarse con miles de seguidores adoradores que habían venido a saludar al hombre que representa la esperanza y el cambio en uno de los países más quebrantados del mundo. Parecía ser una historia de éxito, pero según la mayoría de los expertos, éste no fue el resultado esperado”.

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Palabras de un diputado: “Necesitamos un héroe. El presidente Guaidó regresará, será arrestado y cuando eso suceda, la intervención tendrá lugar y retiraremos a Maduro”.

Comentario de un Alex, periodista amigo: “Guaidó adquiere un culto a la personalidad porque mi país tiene una preferencia histórica por los caudillos, autoritarios de estilo militar, y porque él trajo de vuelta una fe perdida en los políticos entre los venezolanos de todos los días, pero no terminará siendo el presidente; es solo el precursor del cambio real “.

Cuando se le preguntó quién será el tercer candidato mágico, Alex menciona de inmediato a Leopoldo López, el político Voluntad Popular y ex alcalde de Chacao, actualmente bajo arresto domiciliario. López tiene la credibilidad, dice Alex, pero sin la mancha de luchas internas que han plagado a Guaidó desde su gran declaración el 23 de enero.

“Guaidó está abriendo muchas puertas, pero dudo que termine entrando por ellas”.

“El camino de Guaidó al palacio presidencial, Miraflores, no es un hecho, y este no es el primer intento de la oposición para destituir a Maduro”.

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Las elecciones se llevaron a cabo el 20 de mayo, con solo el 25 por ciento de los votantes participando. Maduro recibió 6 millones de votos, 1,5 millones menos que en 2013 luego de la muerte de Chávez, pero a pesar de estas cifras y los resultados ampliamente disputados dentro y fuera del país, la oposición hizo muy poco. Era como si estuvieran esperando a Guaidó.

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“La oposición está fallando porque Guaidó mordió más de lo que podía masticar y ahora parece que está improvisando. No debería haber dejado el país y confiar en el apoyo internacional. Perdió el apoyo nacional al hacer esto. La lucha está aquí en Caracas, no en Colombia ni en Estados Unidos”.

Artículo en inglés, en The Daily Beast

 

 

 

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