En el idioma inglés, dos expresiones de vívida vulgaridad se emplean para situaciones, como ésta en que se encuentra la monarquía española exactamente un año después del escándalo del rey y los elefantes. Esta son, “When the shit hits the fan” (cuando la mierda cae en el ventilado) y “Up shit’s creek without a paddle” (hacia arriba sin remo en el río de la mierda).
Asquerosas.
Aún así, son las que trae en mente la nota que Pablo Machuca publica en El Huffington Post bajo el título “De la cacería en Botsuana a la imputación de la infanta: un año terrible para la monarquía”.
Provee un recuento detallado sobre los escándalos que han sacudido la realeza. Presentamos en versión abreviada algunos de los eventos; El HuffPost publica la cronología con abundante detalle
- 4 de abril: El rey se fractura la cadera cazando elefantes en Botsuana
- 18 de abril: “El rey se disculpa, ‘Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a suceder”
- Julio, WWF, la ONG defensora de la naturaleza, despoja al rey de su presidencia de la organización
- 2 de agosto, su majestad cae de trompa al entrar al ministerio de defensa, en un video divulgado viralmente
- 30 de agosto, el rey da una bofetada a su conductor por no aparcar donde él quería
- 29 de septiembre escándalo de faldas con princesa alemana “Corinna”
- 4 de enero entrevista con el rey que más bien parece un publirreportaje genera la mofa nacional
- 23 de enero, yerno real real siguen las imputaciones del yerno real, con por malversación de caudales públicos, prevaricación, falsedad, fraude a la Administración y fraude fiscal
- 31 de marzo, una nota en el diario El Mundo dice que a la muerte de su padre hace 20 años, el rey había heredado una suma millonaria depositada en cuentas suizas (cuando todos creían que Juan Carlos era un rey pobre). Ante la demanda de algunos partidos políticos sobre detalles de esta fortuna, el departamento de Hacienda dice que la no permite hacer pública la información
- 3 de abril, el círculo se cierne finalmente, y la infanta Cristina es imputada por el juez de instrucción a cargo del proceso.
El Huffington Post lo llama un ‘annus horribilis’ para la monarquía.
Los observadores desde el otro lado del charco vemos todo esto desde otra óptica: si una sociedad tolera la existencia de una institución primitiva y parasítica como la monarquía, donde a un ser humano se le considera superior a los otros, pues dicha sociedad merece todo lo que les reparta esta condición de sumisión.
Imagen via El Huffington Post