Si lo hacen las mujeres más jóvenes, por qué ella no: Marie Kolstad, madre, abuela y con la venerable edad de 83 años se mandó poner implantes en los senos, en una cirugía que salió perfectamente.
Escribe Whitney Jefferson en Jezebel que las únicas complicaciones que enfrentó fue con sus hijos, quienes estaban “profundamente preocupados con los riesgos que presenta una cirugía a su edad”.
Tan preocupados, dice su médico que la hija de Kolstad le confesó que temía que fuera a morir en la misma mesa de operaciones.
Kolstad, quien es viuda desde hace 20 años, dice que un día viéndose en el espejo, “Miré algo como el cuerpo de una vieja y quise lucir un poco más joven, sentirme más joven, sentirme bien”.
Pensó que había, “llegado un momento en mi vida en que pensé que necesitaba un cambio para sentirme mejor”.
Dice Kolstad inicialmente pensó reducción del estómago, pero cambió de parecer porque es un procedimiento peligroso más peligroso.
Ahora, Kolstad está feliz con su par de senos nuevecitos. Dice que le ha ayudado a sentirse bien. Respecto a su vida amorosa, apunta que “Si está escrito que mejore, pues lo aceptaré. Si no lo está pues también”.
Agrega Jezebel que no obstante algunos riesgos, este tipo de procedimiento se ha cuadriplicado entre las personas mayores de 65 años.
