La pequeña flota de aviones no tripulados que EUA emplea para ayudar a proteger su embajada y consulados en Irak ha provocado la ira del gobierno de Irak.
Estos drones son parte del programa de seguridad para los 11,000 empleados de la embajada, escriben Eric Schmitt y Michael S. Schmidt en el New York Times.
Dice el Times que desde que el ejército de EUA se marchó de Irak el año pasado, unos 5,000 contratistas privados quedaron a cargo de la seguridad de los diplomáticos e intereses de EUA en esa nación.
Se movilizan en destacamentos armados, su presencia es altamente visible y es una creciente causa de fricción entre ambas naciones, dice el Times.
Una salida típica de diplomáticos, explica, requiere un convoy de paramilitares con armas pesadas, protegidos por helicópteros con contratistas armados de ametralladores apostados en cada costado.
Los drones del Departamento de Estado juegan una labor de apoyo capturando datos e imágenes y monitoreando movimientos. No están armados ni tienen la capacidad para armarse, dice.
Con una envergadura de 18 pulgadas, son sustancialmente más pequeños que los drones de guerra como los Predator, usados en Pakistán y Afganistán, que tienen 55 pies (18 metros).
Estos drones, apunta el Times, reemplazan los dirigibles que usaba el ejército de EUA durante la ocupación.
Pero funcionarios iraquíes aseguran que nunca fueron consultados sobre el programa.
Dijo el Ministro interino del Interior Adnan al-Asadi: “Nuestro cielo es nuestro cielo, no el cielo de los EUA”.
