Millones de personas sin empleo, familias sin comida ni seguro médico, pagos retrasados en alquileres, comunidades desmoronándose por falta de recursos — cualquiera diría que traer algún tipo de alivio a este sufrimiento humano que afecta alrededor de 78 millones de estadounidenses sería prioridad del presidente y el Senado. Pero en vez, la energía está dedicada a imponer una juez conservadora en la Corte Suprema de EUA.

Escribe Jake Johnson en Common Dreams.

La repentina decisión del presidente el martes de poner fin a las negociaciones sobre el coronavirus a través de Twitter un día después de su partida del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed puso en peligro la posibilidad de que se aprueben controles de estímulo adicionales, beneficios de desempleo, ayuda estatal y local y asistencia para el alquiler antes de la presidencia del próximo mes. elección.

En días recientes, Trump, quien ha actuado de manera errática desde que salió del hospital — donde recibió un poderoso cóctel de medicamentos para su infección por coronavirus — ha sugerido que se reanuden las conversaciones.

Para millones de personas, esta suspensión de negociaciones significa que no habrá asisitencia para vivienda y nutrición, ni asistencia con gastos médicos, pruebas, o tratamiento.

Sin embargo, cuando el virus atacó al presidente Trump, tuvo acceso a los mejores médicos y tratamientos — todo ésto pagado por el público estadoudinense.

La energía del Senado, en vez de tratar de ayudar a estos contribuyentes que pasan las duras y las maduras, es imponer una magistrada en la Corte Suprema del país.

Common Dreams, en inglés