Nuevamente la pena de muerte se aplica en una prisión de EUA con un nivel de crueldad y barbarie que deja sin palabras.
Informa Michael McLaughlin de la Associated Press que Joseph Wood tardó casi dos horas en morir luego de recibir una serie de drogas, que presuntamente le matarían rápidamente y sin dolor.
Pero no fue así.
Tanto duró el proceso, dice la AP, que los abogados de Wood presentaron una moción de emergencia para suspender la ejecución porque pasada una hora seguía vivo.
“Jadeó luchando por aire”, dijo su abogado.
Un testigo presencial dice que lo hizo 660 veces.
La gobernadora del estado, Janet Brewer, manifestó que investigaría y, aunque le preocupa el sufrimient, no fue comparable al que causó Wood cuando en 1989 asesinó a su novia y el padre de ella.
