Juez Kavanaugh y Christine BlaseyFinal de suspenso, en inglés “Cliffhanger”. Así concluye otra semana política en EUA con la confirmación de que sí va a testificar la mujer que acusó de intento de violación al nominado por la administración Trump a la Corte Suprema de Justicia.

Luego de tensas negociaciones, gran parte de ellas en público, la psicóloga Christine Blasey Ford accedió a testificar ante el Comité Judicial del senado de EUA sobre el ataque sexual que presuntamente sufrió a manos del juez Brett Kavanaugh, cuando ella tenía 15 años y él 17.

Según ella, mientras el joven Kavanaugh intentaba arrancarle la ropa, él le tapó la boca para silenciarla, y ella creyó que la iba a matar.

Esta acusación, que desde julio de este año estaba en una carta que había recibido una Senadora, ha significado un frenón en seco al proceso de confirmación que, aunque contencioso, parecía estar encaminado a convertirse en realidad.

Brett Kavanaugh, actual juez federal nombrado por George W. Bush, y apoyado ampliamente en el partido republicano parecía imparable.

Hasta que llegó la noticia. Inicialmente en forma de rumor: existe una carta con una denuncia. Luego de que circulara la misiva, se supieron los detalles: Intento de violación.

Pero la presunta víctima mantenía el anonimato. Y ello impedía que se hiciera mucho.

Después, se hizo público el nombre de la acusadora y, en el curso de esta semana, ella accedió a testificar.

El juez Kavanaugh siempre ha mantenido su inocencia.

El presidente Trump, quien inicialmente dijo que la doctora Blasey Ford tenía el derecho a ser escuchada, abiertamente cuestionó la versión de los hechos. ¿Por qué no informó a las autoridades? (La hija del presidente Ronald Reagan, en una columna de opinión, respondió a Trump haciendo público que ella fue violada y por décadas no dijo a nadie. Centenas de mujeres han dicho lo mismo a través de las redes sociales, de columnas, artículos).

Los senadores republicanos — en el Comité Judidicial todos son hombres — han dado a conocer que la acusación no tiene mérito alguno y que al juez lo confirmarán pase lo que pase.

En su empeño por llenar el cargo vitalicio que estará vacante muy pronto, han sufrido una serie de tropezones que les pueden costar demasiado. Muchos cuestionan a los republicanos, ¿por qué, sin escuchar el testimonio de la doctora, siguen defendiendo al juez? ¿por qué no quieren que ella convoque testigos que ella misma ha identificado?

Las cosas que han dicho los republicanos crean serios problemas de percepción para el partido. Uno dijo no importa sucedió cuando eran adolescentes. ¿Significa ello que una violación sexual de un adolescente a otro no tiene consecuencias?

Otro republicano dijo es un caso de identidad confundida, e incluso publicaron los datos de un señor que tuvo cierto parecido con el joven Kavanaugh. La doctora Blaisey Ford dijo que ella conocía a dicha otra persona y que no hay manera que los haya confundido.

El encargado dentro del congreso de defender a Kavanaugh contra las acusaciones renunció a su cargo inesperadamente cuando se supo que él había dejado otro puesto tras ser acusado de hostigamiento sexual.

También han repetido los republicanos que la conducta de Kavanaugh muestra que él siempre ha sido un tipo recto, respetable. Sin embargo, existe evidencia de que en sus días de escolar, en el exclusivo colegio Georgetown Prep, en Maryland, Brett Kavanaugh formó parte de un grupo de muchachos donde el alcohol, las drogas, las fiestas, la sexualidad desenfrenada eran actos frecuentes ya que, formando parte de las élites estadounidenses, para ellos la mala conducta no traía consecuencias.

De hecho, estos bacanales de adolescentes han sido inspiración para Mark Judge a través de los años, quien han publicado sus memorias en diversos medios — nostálgicos ensayos sobre las aventuras de adolescentes privilegiados en EUA.

Resulta que Mark Judge fue bastante amigo del juez Kavanaugh y, según la denuncia de la doctora Christine Blaisey Ford, estuvo presente en el intento de violación que ella sufrió, en aquella fatídica noche cuya memoria la torturó por años y que ella mantuvo en secreto, compartiendo en contadas ocasiones, entre ellas en una sesión de terapia a comienzos de la década.

Las notas de la terapeuta en aquella sesión forman parte de la evidencia.

Los republicanos están empeñados en confirmar a Kavanaugh y es posible que tengan los votos para hacerlo.

Todavía está por verse.

Pero esta historia da para más: En el estado de Maryland, que fue donde tuvo lugar el ataque, no existe un estatuto de limitaciones sobre crímenes sexuales.

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
Pennsylvania, EUA, 9/22/2018