Un hombre acusado de torturar y matar a su hija de 21 años admitió conservar el cuerpo abaleado en el congelador de su casa rodante por dos años con la esperanza de que resucitara, aunque negó haber sido el causante del asesinato, informa Salon en un despacho de la Associated Press.

Clarence Butterfield, de 57 años, asegura haber encontrado a su hija Rebeca muerta al regresar a casa el 26 de diciembre del 2006. Convencido que nadie creería que era inocente la empacó en plástico y la puso en un refrigerador donde estuvo por dos años.

“Yo no sabía qué hacer”, dijo. Igualmente, afirmó que quería mantener el cadáver por siete años esperando que resucitara.

Las autoridades le acusaron de dispararle a su hija con un arma de bajo calibre en el pie, la pierna, la rodilla, un lado de la cabeza, torturarla, amarrarla y colocarla en el congelador del vehículo donde murió asfixiada.

Butterfield había sido detenido bajo otros cargos, extraditado a Nevada, dejando su vehículo con un conocido por un mes, hasta que fue remolcado. Fue al remolcarlo que encontraron el cadáver en estado de descomposición muy avanzado.

Dice Salon que Butterfield podría recibir cadena perpetua sin posibilidades de obtener libertad condicional.

Artículo en inglés

Foto cortesía de featheredtar via flickr