Racismo en EUAFue una escena repugnante la que tuvo lugar en Washington D.C., el 19 de enero.

Sucedió al final de la manifestación en contra del derecho de las mujeres a controlar su reproducción, evento anual movilizado por una coalición de grupos de la derecha religiosa — la llamada base social de Donald Trump.

Ese mismo día, muy cerca de allí un pequeño grupo de Americanos nativos celebraba la Marcha de los Pueblos Indígenas, entonando himnos al son de un tambor ceremonial.

Un grupo de jóvenes blancos, varones en su mayoría, todos con las gorras de la campaña Trump con el lema “Make America Great”, luego de marchar contra los derechos reproductivos de las mujeres, rodearon a un americano nativo, Nathan Philips, quien tocaba el tambor.

Le hicieron la burla, le corearon “Construir el muro”, intentaron intimidarlo. Phillips, un anciano de la nación Omaha y veterano de la guerra de Vietnam, jamás perdió su compostura, y con la dignidad ancestral de los primeros americanos, siguió impasible.

Más tarde reconocería que sentía que las cosas se estaban poniendo color de hormiga.

Gracias al poder de las redes sociales, se supo después que los adolescentes estudian en una escuela católica en Kentucky, Convington Catholic High School. El video circuló ampliamente durante horas y ya la escuela está a la defensiva, asegurando mediante partes de prensa que tomará medidas punitivas en contra de los estudiantes, incluyendo la expulsión. El asunto se está discutiendo en las redes sociales, los periodicos, los noticieros. En contra del comportamiento de estos adolescentes matones se han pronunciado políticos, educadores, líderes religiosos.

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Muy bien que se pronuncien en contra del racismo y que sean castigados estos adolescentes que no tienen suficientes años para un permiso de conducir pero ya saben odiar.

Pero aún así quedan algunas preguntas, ¿Por qué un grupo escolar llevaba gorras políticas? ¿Cuál es la relación entre la campaña Trump y las iglesias católicas, que se presentan como apolíticas?

Pero más alarmante aún es ¿quién les enseña a odiar a estos hamponcillos? ¿En sus casas, sus familias? ¿En las escuelas segregadas?

Será que la Iglesia Católica — que ha pagado cientos de millones de dólares por sus crímenes escondiendo el abuso sexual por parte de los curas — esconde otro secreto? ¿El de fomentar y preservar el racismo?

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres
Director El Molino Online
Pennsylvania EUA, 1/20/2019