Cuesta abajo en su rodada, sigue la humillación pública, la espectacular caída en desgracia de quien solo hace un año era considerado como el hombre que derrotaría a Nicolas Sarkozy en las presidenciales de Francia.
Dominique Strauss-Kahn, incapaz de controlar sus enormes apetitos, se presentó temprano el 21 de febrero en un cuartel de policía de Lille, al norte de Francia, donde será interrogado durante un periodo que puede durar de 48 a 96 horas por su papel en el llamado Affaire Carlton.
En este tercer episodio, las autoridades francesas investigan un presunta red de prostitución en Francia y Bélgica que ha implicado a varias personas notables, incluyendo abogados, empresarios y miembros de la policía — y el propio DSK.
Hasta el momento, han interrogado a prostitutas que dicen haber visitado a Strauss-Khan en el 2010 y el 2011 en lujosos hoteles de París y en Washington D.C., donde ocupaba el cargo de director del Fondo Monetario Internacional.
¿Qué velas ha encendido DSK en este entierro?
Esto escribe Geoffroy Clavel en Le Huffington Post
En la investigación de la prostitución en el caso del hotel Carlton, el nombre de Dominique Strauss-Kahn habría surgido en diversas ocasiones […] Fueron organizadas varias reuniones financiadas por dos empresarios de Pas-de-Calais, Fabrice Paszkowski, director de una compañía de equipos médicos, y David Roquet, ex director de una filial del grupo de construcción Eiffage.
¿Qué buscan las autoridades?
Explica:
En Francia, el haber utilizado los servicios de una prostituta no es un delito. Sin embargo, la complicidad de proxenetismo, que se define como la imposibilidad de denunciar la existencia de una red de prostitución, es penada por la ley. Además, beneficiarse de pago financiado ilegalmente por las empresas es un uso indebido de los activos de la empresa.
¿Qué le puede pasar a DSK?
Agrega:
El cargo de abuso de bienes públicos trae una pena de 5 años de cárcel y una enmieda de 375,000 euros. El proxenetismo en si trae una pena de 7 años de cárcel y una multa de 150,000 euros. Ahora bien, hay que comprobar que DSK no actuó como simple consumidor. Dice el artículo 225-6 del código penal, “se asimila dentro del proxenetismo la conducta por cualquier persona, que de alguna manera sirva como intermediaria entre dos personas, de las cuales una de las que se dedica a la prostitución y la otra la explota o se beneficia de la prostitución de otro”.
Todo indica que el affaire continuará.
