Es un escenario que pone los pelos de punta a cualquiera: al comenzar la recesión hace 3 años, un individuo quedó cesante, agotó sus beneficios de desempleo, se comió sus ahorros, perdió su seguro médico y su casa.

Al colgarse con las cuentas, situación que viven a diario decenas de millones de personas en EUA, se vio afectado su puntaje crediticio y ello ahora está perjudicando su capacidad de que lo vuelvan a contrar.

Es un doble castigo que afecta, según escribe Arthur Delaney en Huffington Post, desproporcionadamente a las personas de raza negra a los latinos y los desempleados.

Y es por esta razón que 25 organizaciones pro derechos civiles y sindicales han solicitado a TransUnion, una de las grandes compañías que monitorean y evalúan el crédito de la gente, que dejen de vender a las empresas información crediticia de consumidores.

Huffington Post cita a un portavoz de UniteHere, que opone esta medida por ser discriminatoria. “TransUnion, siendo la única compañía privada de las tres grandes tiene la capacidad de suspender esta práctica de un día al otro sin tener que preocuparse de la reacción de sus accionistas”.

Según la Society of Human Resource Management, que apoya la práctica, un 60 por ciento de la empresas usan la información crediticia en las decisiones de contratación. Dice HuffPost que en el 2003, el 35 por ciento la usaban en 1996, el 19 por ciento.

Una portavoz de TransUnion, agrega HuffPost, señala que “Los empresarios comprenden que las personas que han estado desempleadas como resultado de esta época difícil pueden tener dificultad cumplir con sus obligaciones. Lo que buscan los empresarios es ver si un individuo actuó con prudencia mientras que estaba empleado. Un informe pre contratación es una herramienta para evaluar eso”.

No existe información sobre cuanta gente no obtiene empleo por mal crédito.

Artículo en inglés