El bigote de BoltonSolo días después de que Trump anunciara la suspensión de discusiones de paz con los talibanes de Afganistán, y mientras la clase comentarista discutía el simbolismo de invitar al emblemático Camp David a la organización que hospedó a los autores del acto terrorista del 11 de septiembre 2011, anunció el mandatario por Twitter que acababa de despedir a su asesor de seguridad nacional John Bolton.

Bolton, por su parte y también por Twitter, dijo que no había tal. Que era él quien había renunciado.

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Esta separación se veía venir desde hace rato, ya que las posiciones políticas que durante varias décadas ha impulsado John Bolton son totalmente opuestas a las de Trump. Trump dice America First, lo cual significa la no intervención en conflictos en otras naciones. Bolton, por el contrario fue uno de los arquitectos de la guerra en Irak, los llamados neoconservadores, y siempre ha propuesto la opción militar como la mejor manera de resolver cualquier conflicto.

Trump lo dijo una vez: “A John le gustaría enfrentar él solo a todo el planeta”.

Muchos preguntaron por qué lo integró a su administración en primer lugar.

La Associated Press, en una nota bastante larga sobre la salida del 3r Asesor de Seguridad Nacional de la administracíón Trump, dijo que había otro problema: El bigote de Bolton.

Traducimos:

A Trump nunca le gustó el bigote de Bolton.

El presidente ha pasado toda su carrera fijándose en la imagen, apreciando a la gente bien parecida y con frecuencia haciendo alard de que los miembros de su familia y los funcionarios de su gabinete que parecen actores de cine.

El tupido bigote de Bolton simplemente no encajaba en el conjunto.

Bolton, ex embajador ante las Naciones Unidas y luego comentarista en asuntos de seguridad nacional de Fox News, casi se integró a la campaña presidencial de 2016 para impulsar su política exterior dura.

Sus credenciales neoconservadoras nunca se combinaron con la vibra aislacionista de la campaña de Trump, pero, durante la transición presidencial, Bolton fue invitado a Trump Tower para reunirse con el presidente electo.

Bolton no consiguió trabajo en ese momento.

Más tarde, Trump dijo a los confidentes que el característico bigote del halcón Bolton nunca encajaría en su administración. Pero Trump mantuvo cierta admiración sobre las frecuentes apariciones de Bolton en la TV por cable, durante las cuales a menudo defendía las políticas del presidente incluso cuando se oponían a lo ´l que había predicado durante décadas.

El primer asesor de seguridad nacional de Trump, Michael Flynn, renunció apenas un mes en el trabajo y pronto fue acusado de mentirle al FBI. El segundo, H.R.McMaster, irritaba a Trump con sus largas presentaciones orientadas a los detalles.

Bolton se convirtió en la opción poco probable de ser el tercero de Trump, gracias en gran medida a la solidez de su presencia en la televisión.

Pero mientras la televisión ayudó a Bolton a conseguir el trabajo, también lo ayudó a perderlo.

A medida que aumentaba la presión sobre la Casa Blanca este verano en medio de signos de una desaceleración económica y una creciente discordia global, Trump ha dado una prioridad creciente a los miembros de su equipo que están dispuestos a defenderlo en la televisión.

La presencia de Bolton reservad provisionalmente para aparecer en un par de programas de entrevistas dominicales a fines de agosto, pero éste se retiró, diciendo que no se sentía cómodo defendiendo algunos de los planes de la administración. Eso provocó la ira del presidente, según un funcionario de la Casa Blanca que habló bajo condición de anonimato porque  no estaba autorizado para discutir conversaciones privadas.

A Trump se le escuchó quejarse de las cancelaciones días después.

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