El único consuelo sobre los tres niños asesinados por los Incas en un ritual de sacrificio humano hace 500 años es que probablemente estaban tan drogados que no supieron que les pasó.
Un nuevo análisis de las muestras de cabello de las Momias de Llullaillaco — dos niños de cuatro y cinco años y una adolescente de 15 hallados en el volcán de ese nombre en Argentina en 1999 — indican que habían consumido alcohol y coca antes de ser sacrificados, informa la BBC.
La niña, conocida como “La doncella“, parecía estar masticando pasta de coca al morir.
Los investigadores creen que era una muchacha campesina elegida para el sacrificio un año antes de su muerte, periodo durante el cual se le dio un tratamiento especial. “Dejó de ser la persona que había sido antes”.
Las muestras de cabello indican cambios de una dieta de patatas a una mucho más variada durante su último año, aumentando también drásticamente su consumo de coca y alcohol.
Es probable que estuviera en un estado de estupor inducido por las drogas en sus últimas semanas, dicen los investigadores.
Ojalá haya sido así.
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