Presuntas violaciones de la Ley de Archivos Nacionales, resultado de sustraer materiales clasificados

Mientras EUA digería la noticia de que la lujosa propiedad de Donald Trump había sido allanada por el FBI, partidarios del derrotado expresidente se plantaron frente al exclusivo club Mar-a-Lago para mostrar su solidaridad con el hombre que los inspira.

Al mismo tiempo, según informa Vice, en las redes se comienzó a hablar de una guerra civil. Es hora de cargar las armas y esperar, dijo un comentarista. Otro señaló que había que “esconder las armas”, comentario que fue seguido por “si es hora de esconderlas es hora de usarlas.”

El volumen de comentarios, agrega Vice, es similar a los días que precedieron la fallida insurrección del 6 de enero 2020.

Al mismo tiempo, liembros de la bancada republicana en el Congreso denunciaron al FBI, cuyo director Christopher A. Wray fue nombrado por el mismo Trump cuando ocupaba el cargo de presidente.

Un alto funcionario del gobierno dijo a NBC News que el FBI pasó en Mar-a-Lago “la mayor parte del día” y confirmó que la orden de registro estaba relacionada con los Archivos Nacionales.

Trump ha tenido que devolver 15 cajas de documentos que fueron indebidamente sustraídos de la Casa Blanca, dijo la Administración Nacional de Archivos y Registros, o NARA, en febrero.

“A mediados de enero de 2022, NARA organizó el transporte desde la propiedad Trump Mar-a-Lago en Florida a los Archivos Nacionales de 15 cajas que contenían registros presidenciales, luego de conversaciones con los representantes del presidente Trump en 2021”, informaron los Archivos Nacionales en una declaración el 7 de febrero.

El mismo mes, la Administración Nacional de Archivos y Registros solicitó al Departamento de Justicia que examinara si el manejo de los registros de la Casa Blanca por parte de Trump violaba la ley federal.

Un allanamiento de estas dimensiones — más de 30 agentes, armados, vehículos, a un expresidente — no tiene lugar sin el visto bueno de los niveles más altos del Departamento de Justicia. Requiere evidencia que convenza a un magistrado a que firme la orden de allanamiento.

Dado el apoyo que tiene Trump, el terror que inspira en los políticos del partido Republicano, y la posibilidad de que se postule para la presidencia, la decisión no se tomó a la ligera.

También cabe recordar que NO está vinculado con otros crímenes en los que Donald Trump (y sus tres hijos mayores, Ivanka, Donald Jr. y Erik) están bajo investigación. Estos incluyen, según resume la BBC, investigaciones de crímenes de conspiración (insurrección 6 de enero 2020), fraude electoral (intento de “conseguir” 14 mil votos en el estado de Georgia), negocios turbios (estado de New York), abuso sexual (juicio se inicia en febrero 2023), pleitos entablados por su sobrina por presunto robo de la herencia de su padre; y por agentes de la policía atacados por la muchedumbre el 6 de enero.

Quizás capture la patética ironía del apoyo que mantiene Donald Trump entre un segmento de sus partidarios — producto marginado de un sistema injusto quienes erróneamente atribuyen la culpa de su miseria a la gente de color, a las mujeres con derechos, a la población LBGT — es que por más que defiendan al vendedor de humo, ninguno de ellos jamás podrá tener acceso a Mar-a-Lago, ni a ninguna otra propiedad Trump: Son demasiado pobres, mal vestidos, poco pulidos para los millonarios con quienes se juntan los Trump.