Hace casi 10,000 años el perro y el hombre ya tenían una relación sólida en la que el amigo de cuatro patas acompañaba y protegía al ser humano quien, cuando escaseaba la cacería, no vacilaba en alimentarse de él, escribe Clarke Canfield en el Huffington Post.

Esa es la opinión del equipo de investigadores que han analizado un fragmento de hueso encontrado en Texas en la década del 70, el cual provee evidencia del perro domesticado más antiguo en las Américas. Análisis de ADN, agrega, confirma de que provenía de un perro — no un lobo o coyote — y su color indicaba que había sido ingerido y digerido por un ser humano. El carbono 40 ubica al pobre animal hace unos 9,400 años.

El hueso fue encontrado entre el excremento humano lo cual, según la hipótesis de los expertos, muestra que la amistad con los perros podía terminar con el canino pelado, adobado y servido.

Nos suena a canibalismo.

Artículo en inglés