De la cúspide de la gloria al exilio como un leproso: esa ha sido la triste y trágica trayectoria de Lance Armstrong, ganador de múltiples premios de ciclismo y despojado sistemáticamente de cada uno de ellos, a quien acusa la USADA (agencia anti dopaje de EUA) de haber montado el esquema más sofisticado que jamás hayan visto.
No obstante su prohibición eterna de competir en el ciclismo, escribe Mary Pilon en el New York Times, Armstrong había orientado sus intereses atléticos hacia las triatlones.
En ese campo muchos — no en todos — no lo quieren ver cerca.
Entre otras razones, dice el Times, porque según la investigación el médico Michele Ferrari, también vetado del ciclismo y quien aparentemente actuaba como la Celestina de Armstrong en el ciclismo, seguía colaborando en sus entrenamientospara las triatlones.
Según el Times, Lance Armstrong enfrenta una prohibición de competir en cualquier deporte que se rija por los organismos de los juegos olímpicos.
Sin embargo, señala el Times, no todo el mundo cree que Armstrong es lesivo para el deporte.
Algunos atletas creen que ha sido víctima de una cacería de brujas, dice.
Otros elogian el trabajo que él ha hecho para recaudar dinero en la lucha contra el cáncer, enfermedad que él combatió en carne propia con ejemplar tenacidad.
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