Abatido Quassem Soleimani

Con una bandera estadounidense, el presidente Trump celebró la muerte del líder militar iraní Qasem Soleimani, abatido por misiles estadounidenses pocos instantes después de aterrizar en el aeropuerto de Bagdad, hecho que marca una enorme escalada de un conflicto de baja intensidad entre ambas naciones. También murió Soleimani Abu Mahdi al-Muhandis, jefe de las milicias de Irak, quien se desplazaba en el mismo convoy que Soleimani.

Según informó POLITICO, el ataque “Asombró incluso a algunos miembros de la administración Trump que dijeron que el asesinato del general Iraní no se había contemplado seriamente — al menos en tiempos recientes”.

El atentado se realizó presuntamente por un drone o avión no tripulado.

La mañana que siguiente, mientras el mundo horrizado evaluaba las posibles consecuencias del magnicidio, el presidente Trump en un lenguaje burlón por Twitter el jueves escribió que: “¡Irán nunca ha ganadouna guerra, pero nunca ha perdido una negociación!” — en obvia referencia a las negociaciones de Irán con la administración Obama, cuyos resultados Trump desarticuló al asumir la presidencia.

Por su parte, el Secretario de Estado Mike Pompeo dijo ell viernes por la mañana que el golpe buscaba interrumpir una “amenaza inminente”, aunque se negó a ofrecer más detalles. Pompeo aseguró que “cientos” de vidas estadounidenses habrían estado en riesgo si el comandante no fuera asesinado. “Necesitábamos atacar para asegurarnos de que este inminente ataque, que estaba trabajando activamente, fuera interrumpido”, dijo en CNN.

Irán reaccionó con furia al asesinato y prometió contraatacar.

Soleimani era su principal líder militar. Su cuerpo quedó hecho trizas y fue reconocido únicamente por un anillo. El presidente iraní, Hassan Rouhani, escribió por Twitter el viernes que su país continuará luchando contra el “terrorismo y el extremismo” y dijo: “El camino de la resistencia a los excesos estadounidenses continuará”. Rouhani advirtió al presidente Trump que “Irán se vengará de este crimen atroz”. El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif, dijo que Estados Unidos “tiene la responsabilidad por todas las consecuencias”. “El acto estadounidense de terrorismo internacional, atacar y asesinar al general Soleimani, la fuerza más efectiva que lucha contra Daesh (ISIS), Al Nusrah, Al Qaeda y otros, es extremadamente peligroso y una escalada sin sentido”, dijo Zarif en un tuit el jueves.

Algunos observadores políticos han vinculado el ataque — y sus posibles consecuencias — con el impeachment del presidente y una nueva serie de correos que han surgido sin censura en días recientes, los que sugieren que el presidente estuvo mucho más enterado sobre los intentos de detener la ayuda militar a Ucrania.

Los correos electrónicos se publicaron previamente en forma censurada, pero muchas de las opciones que censuraron han generado sospechas. En repetidas ocasiones incluyen referencias a problemas legales con la retención de la ayuda, preguntas básicas sobre ese tema y advertencias en el sentido que esperar hasta demasiado tarde en el año fiscal (que terminó el 30 de septiembre) podría significar que algunos de los fondos nunca llegarían a Ucrania.

Escribe Bess Levin en Vanity Fair:,

“Uno de esos ejemplos sería el momento, el 27 de agosto, cuando la contralor interina del Departamento de Defensa Elaine McCusker le envió un correo electrónico al funcionario de OMB Michael Duffey y le dijo: ‘Hemos aconsejado repetidamente a los funcionarios de OMB (Buró de Administración y Presupuesto) que las pausas posteriores al 19 de agosto de 2019 ponen en peligro la capacidad del Departamento de obligar a USAI financiación con prudencia y totalidad, de conformidad con la Ley.”

Naturalmente, ese intercambio no se incluyó en los correos electrónicos publicados por el gobierno el mes pasado, después de que un tribunal ordenó que estuvieran disponibles en respuesta a una demanda de FOIA del Centro para la Integridad Pública.

Las tensiones con Irán traen frescos recuerdos de año 2003 cuando la administración de George Bush intervino militarmente contra el gobierno de Irak en busca de “armas de destrucción masiva”. No pasaron muchos meses antes de que se supiera que tales armas no existían.

Sin embargo, la guerra puso patas arriba la región y ha dejado secuela cuyos efectos se seguirán sintiendo por generaciones.

Think Progress evaluó en marzo 2018 los efectos de la guerra, pasados 15 años desde que se inició. “Esto es lo que Estados Unidos ha logrado: a fines de febrero, el número de muertes de civiles iraquíes asciende a 202.757. Más de 2.7 millones han sido desplazados internamente (2.42 millones, por debajo de un pico de 6 millones) y externamente (280,014). Las bajas de las tropas estadounidenses han sido 4,540, y con más de 1,5 millones de militares y mujeres de EUA que han pasado por Irak, estamos analizando los costos, humanos y financieros, que los estadounidenses tendrán que soportar en las próximas generaciones, con más de un billón de dólares — sumado a la deuda de EUA.

Otro efecto fue destruir el equilibrio que existía entre el gobierno sunita de Irak, y el chiíta de Irán, fortaleciendo a este último, elevándo su poder en la región, lo cual se refleja en situaciones cómo ésta en la que Irán controla gran parte de Irak.

Muchas voces en EUA advierten que se ha lanzado un taco de dinamita a una hoguera.

El precio del petróleo ha aumentado.

EUA ha pedido a sus ciudadanos que se marchen de Irak “inmediatamente”.

Según informes, los líderes demócratas del Congreso no sabían que el ataque tendría lugar.

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