Con un chaleco autibalas para su propia protección, Anders Behring Breivik, el hombre que asumió responsabilidad por los ataques del 22 de julio en Oslo donde murieron 69 personas, está colaborando con la policía hasta el punto de recrear el asesinato mediante una visita al lugar de los hechos, escribe Zachary Cohen en Time.
Acompañado por 10 1 12 agentes de la policía, regresó a la isla de Utoya, donde en julio atacó un campamento de adolescentes. Un video de la BBC enseña a Breivik mostrando el sitio desde donde disparó y la manera en que se posicionó con su arma.
Explica Time que el viaje fue planeado para reunir pruebas antes del juicio para evitar la reconstrucción de los hechos.
Breivik, cuyo chaleco antibalas buscaba evitar que fuera asesinado por venganza, pasó ocho horas atado a los agentes de policía con una correa para evitar su fuga.
Parece no estar demasiado afectado por el retorno a la escena del crimen, dijo a la prensa en Oslo el fiscal del caso.
Breivik afirma que sus ataques, incluyendo un atentado con bomba en el centro de Oslo, fueron necesarios para evitar la propagación de la influencia islámica en Europa.
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