Para el asesino de Victor Jara, cuatro décadas de impunidad terminaron en un tribunal estadounidense,
Pedro Pablo Barrientos, ex militar chileno de 67 años, nacionalizado estadounidense, residente de Deltona, Florida, y fugitivo de la justicia del país que le vio nacer ha sido condenado por un tribunal estadounidense de la muerte del cantautor chileno, detenido al día siguiente del golpe de estado que en septiembre de 1973 derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende.
Barrientos había emigrado a EUA en la década del 90, escribe Pascale Bonnefoy en el New York Times. (La nota está disponible en español).
Barrientos, dice que jamás había escuchado sobre el cantautor, una de las voces de una generación latinoamericana.
Jara, que tenía 40 años cuando fue asesinado, era un cantante y director de teatro de gran éxito y popularidad. Militaba en el Partido Comunista y apoyaba al gobierno de Salvador Allende. Sus canciones, enraizadas en sus propios orígenes humildes en una familia campesina, hablaban de pobreza e injusticia y aún se escuchan en todo el mundo. Se le describe muchas veces como el “Bob Dylan de América del Sur”.
Dejó una viuda, la bailarina inglesa Joan, y dos hijas Manuela y Amanda, quienes abandonaron Chile para establecers en el Reino Unido. Regresaron a Chile en 1991,
Barrientos fue juzgado en en el marco de una demanda civil basada en una ley que apoya a víctimas de violaciones de los derechos humanos cometidas fuera de Estados Unidos. Fue acusado por el Center for Justice & Accountability, una organización de derechos humanos de San Francisco, y por Chadbourne & Park, un bufete de abogados basado en New York.
Barrientos ha sido condenado a pagar una indemnización de US$28 millones. No está claro como este juicio afectará la posible extradición de Barrientos a enfrentar la justicia chilena, dice el Times.
El golpe de estado contra Salvador Allende fue promovido por el gobierno de Estados Unidos.
