Si Washington fuera a ceder ante la presión del primer ministro Benjamin Netanyahu de Israel y lanzara un ataque contra Irán serían una misión difícil que exigiría más de 100 aviones y barcos, además de drones, tanqueros en una ofensiva que combinaría guerra electrónica, destrucción de defensas aéreas y el bombardeo de cinco facilidades nucleares en Irán, escribe en wired Noah Shachtman en base a un estudio del analista de defensa Anthony Cordesman.
El ataque militar sería lo más fácil del proceso, dice.
Porque EUA también tendría que impedir que Irán detenga el tráfico por el estrecho de Hormuz. Y también esperar que funcione el sistema anti misiles que ha vendido a las naciones árabes en caso de represalias de Irán contra sus vecinos.
En el mejor de los casos este ataque retrasaría las ambiciones nucleares de Irán por una década, dice.
Destruir cada una de las cinco facilidades nucleares de Irán requeriría un par de bombardero B-2 despegando desde las bases en Diego García, dice. Cada avión llevaría dos bombas anti búnker de 30,000 libras GBU-57 de la última generación, el Massive Ordinance Penetrator.
Esta bomba guiada por GPS contiene “más de 5,300 libras de explosivos convencionales dentro de un empaque de 20.5 pies en acero reforzado. Está diseñada para penetrar el suelo, la roca y el concreto reforzado hasta alcanzar las instalaciones enemigas sea en el búnker o el túnel”.
Si fuera Israel a hacerlo solo, continúa wired, requeriría un esfuerzo de casi el total de su aviación que en el mejor de los casos retrasaría el proceso por “uno o dos años”.
Un ataque israelí contra Irán desencadenaría una ola de contragolpes que causaría caos en el suministro de petróleo mundial.