En nuestra breve reseña del primero de tres debates presidenciales en EUA sostuvimos en estas páginas que lo más alarmante fue el apoyo abierto que dio el presidente de EUA a un grupo paramilitar. Hoy, la revista The Atlantic investiga lo que solo puede describirse como un paso de gigante hacia el fascismo.

Philip Montgomery entrevista al fundador de un formación paramilitar conocida como The Oath Keepers, “un grupo militante que ha atraído a miles de personas de las comunidade militares y policiales”. Oath Keeper en español sería Defensor del Juramento.

Stewart Rhodes de 55 años de edad fundó el grupo en 2009. En una época, dice la nota en The Atlantic, se consideró un “revolucionario”. Pero ahora, “se ha asignado la misión de defender al presidente, quien había convocado a sus seguidores a proteger al país contra lo que él llamaba una ‘insurrección'”.

Ha sido el último intento de socavar a Donald Trump, afirma.

Steward y sus partidarios creen que Antifa (por Antifascistas) presenta un grave peligro para EUA. Sin embargo, el mismo director del FBI dijo ante el congreso recientemente que no existe tal organización — que es una ideología, no una organización.

El reportero de The Atlantic comenzó su investigación sobre los Oath Keepers en 2017, “cuando una investigadora de Southern Poverty Law Center (que monitorea grupos de ultraderecha) me habló sobre Rhodes, los Oath Keepers de una base de datos sobre el grupo, que podría contener algunas respuestas”.

Militar, graduado de derecho en Yale, voluntario de la campaña del libertario Ron Paul, Rhodes inició un blog dirigido a militares y policías argumentando que al ingresar a las fuerzas armadas (o policiales), los reclutas juran “apoyar y proteger la Constitución en contra de todos los enemigos extranjeros y domésticos”.

Este juramento les permite rechazar órdenes, incluyendo aquellas relacionadas con control a las armas, ya que podrían permitir la tiranía. Y de ser necesario, podrían luchar.

Para el año pasado, agrega, la lista de Oak Keepers tenía ya 25,000 nombres.

“Había sido compilado por los diputados de Rhodes mientras los nuevos miembros se inscribían en eventos de reclutamiento o en el sitio web de Oath Keepers. Provenían de todos los estados. Aproximadamente dos tercios tenían experiencia en el ejército o en fuerzas del orden público. Aproximadamente el 10 por ciento de estos miembros estaban en servicio activo. Había un sheriff en Colorado, un miembro del equipo SWAT en Indiana, un patrullero de la policía en Miami, el jefe de un pequeño departamento de policía en Illinois. Incluía miembros de las Fuerzas Especiales, contratistas militares privados, un sargento mayor de psyops del Ejército, un instructor de exploración de caballería en Texas, un soldado raso en Afganistán. Había funcionarios de Inmigración y Control de Aduanas, un agente especial del Servicio Secreto por 20 años y dos personas que dijeron estar en el FBI”.

¿Quiénes son los “enemigos” de los cuales estos grupos buscan “proteger” a EUA? Inmigrantes. Musulmanes. “Marxistas”. Miembros y simpatizantes del movimiento Black Lives Matter. Antifa.

La organización, señala el artículo, no funciona con la precisión de una fuerza militar. Muy lejos de eso. Hay muchos que se decepcionan y se van.

Sin embargo, no es la única organización de ese tipo en EUA. Comenzaron como rechazo a la administración Obama, y hoy día decenas de grupos dicen llamarse milicias. Tiene gran poder de convocatoria, especialmente cuando agitan la bandera del control de las armas.

Atrae a estos grupos cada protesta en contra de un asesinato policial de una persona negra — salen a “defender” la propiedad de los vándalos. La mayoría de las veces hay una división racial: Los protectores son blancos, los otros gente de color. Algo así vimos no hace mucho en Kenosha, Wisconsin, donde acto seguido de las movilizaciones contra el tiroteo de Jacob Blake, un joven blanco de 17 años, armado con un fusil de asalto y llevado allí por su madre, mató a dos personas en una protesta.

En vez de intentar calmar la situación, denunciar a estos paramilitares, el presidente Trump en su primer debate les habló como si fueran su tropa — lo cual muchos han visto como un impulso hacia los fascistas.

Artículo completo en The Atlantic.