La violencia del gobierno de Bashar Assad contra los manifestantes ha cobrado al menos 11 nuevas vidas, elevando el total a más de 900 desde que comenzaron las protestas, escribe Bassem Mroue en Huffington Post.

Dice que, no obstante las sanciones internacionales y amplias denuncias por parte de la comunidad, la represión no parece tener fin.

Apunta que fuera de Libia, donde las protestas descandenaron una guerra civil que puede haber costado la vida a miles de personas, el número de muertos en Siria es muy superior a los de las otras naciones árabes. En Egipto, señala, murieron por lo menos 846 personas en 18 días. En Tunisia, fueron unos 219 los muertos, antes de la salida de Zine El Abidine Ben Ali. En Yemen, han muerto 150 manifestantes. En Bahrain, Oman y otras partes ha sido sustancialmente más bajas.

Contrasta el elevado número de muertes en Siria con su población: 22 millones. Egipto tiene 80.

La mayoría de las muertes de manifestantes, dice, tienen lugar los viernes cuando miles de personas salen a protestar después de los servicios religiosos. Este viernes murieron al menos 44 personas a manos de las autoridades.

El sábado, decenas de miles de personas asistieron al sepelio de ocho manifestantes muertos el día anterior en Homs. Dice que la procesión fue atacada causando varios muertos y heridos.

En repetidas ocasiones, el gobierno ha culpado a grupos armados por la violencia.

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