Foto Congreso EUACon emocionados gritos de “sí se puede” de una multitud de activistas, la Comisión Judicial del Senado aprobó el martes el proyecto de reforma migratoria que ofrece un camino a la ciudadanía a 11 millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos.

Trece senadores –diez demócratas y tres republicanos—votaron a favor del proyecto, mientras otros cinco, todos republicanos, votaron en contra.

La Comisión debatió el proyecto de 867 páginas y 300 enmiendas, esquivando a última hora una propuesta del senador Patrick Leahy de otorgar los mismos derechos a las parejas homosexuales que los que tendrían las parejas heterosexuales.

La medida habría hecho que los republicanos retiraran su apoyo al proyecto entero y así lo dejó saber el Senador demócrata, Richard Durbin.

“Creo en mi corazón que lo que estás haciendo es lo correcto y justo”, dijo Durbin, a Leahy. “Pero creo que este es un mal momento, que es la ley equivocada (para plantear dicha propuesta)”.

La legislación permite que quienes viven indocumentados en Estados Unidos puedan obtener un “estatus migratorio provisional” seis meses después de la promulgación de la ley, si llegaron a Estados Unidos antes del 31 de diciembre de 2011, mantuvieron una presencia física continua en el país, no cometieron delitos graves o más de dos delitos menores, y pagan una multa de 500 dólares.

La condición de inmigrante provisional dura seis años y es renovable por cuatro años más con el pago de otros 500 dólares. Después de una década, las personas pueden pedir una tarjeta de residente permanente, conocida como “green card”, siempre que estén al día en sus impuestos y paguen una multa de 1.000 dólares, así como cumplir con otras condiciones.

El proyecto de reforma pasa ahora al pleno del Senado, donde el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, urgió a sus colegas a no bloquear la votación prevista para junio, según planea el presidente del Senado, el demócrata Harry Reid, de Nevada.

La Cámara de Representantes planea celebrar este miércoles una audiencia para analizar el proyecto de ley aprobado en la Comisión senatorial, para luego debatir su propio proyecto.

El proyecto de ley solo entrará en vigencia después de que lo apruebe la plenaria del Senado, y que la cámara baja haga lo propio tras recibir una versión aprobada por su Comisión Judicial.

Solo después de que ambas cámaras reconcilien sus versiones es que podría pasar al presidente Obama para que lo sancione.

La Voz de América