Los patrones de inmigración en EUA han sufrido una transformación radical en los últimos cinco años que exige una orientación totalmente diferente por parte de las instituciones estadounidenses, dice Dowell Myers en una columna de opinión del New York Times.
El cambio que pide es abandonar la actual política “que pone énfasis en mantener por fuera a la gente nueva” y sustituirla por medidas que pongan énfasis en instar a los emigrantes y sus hijos a integrarse en la sociedad.
“Produzca sus papeles debe ser reemplazado por Bienvenido a la clase de inglés”, dice.
Se trata de responder una nueva realidad demográfica, señala. A partir del 2007, el número de inmigrantes sin documentos en EUA se ha reducido por unos 200,000 cada año — no solo inmigrantes mexicanos y latinoamericanos sino también los asiáticos y de otras partes del mundo.
Explica las dimensiones del cambio. En México, dice, durante los años 70 una mujer en promedio tenía 6.8 niños, de los cuales millones emigraban a los EUA al alcanzar los 20 años. Hoy día la tasa de natalidad en esa nación es de 2.1. “Ello presagia un grupo cada vez menor de jóvenes adultos para satisfacer las necesidades futuras de mano de obra de México y menos competencia interna para los empleos”.
Parte del proceso de asimilación para los inmigrantes que están en EUA, agrega, es la compra de vivienda propia por parte de los inmigrantes. Y es en ese punto que su presencia beneficia a un segmento demográfico de la población nacida en esta nación.
“¿Quién le irá a vender estas casas a los inmigrantes? Los 78 millones de ‘baby boomers’ (generación nacida en entre 1946 y 1964) que están tratando de reducir costos a medida que sus hijos crecen y se van de la casa. Afortunadamente para ellos, tanto los inmigrantes como sus hijos estarán allí para comprarles sus casas”.
La política de inmigración debe intentar cultivar los trabajadores, dice. Ello requiere ayudar a los inmigrantes a aprender inglés, a estudiar y graduarse no solo a nivel segundaria sino también la universidad. En ello deben colaborar los departamentos del Trabajo, Comercio y educación, incluso más que el de Seguridad Nacional.
“Gracias a nuestra enorme población de nacidos en el exterior (12 por ciento del total), los EUA pueden seguir siendo la nación más rica y poderosa del mundo”, concluye.