Fue una historia que enterneció al mundo: en el zoológico de Berlín, una madre oso polar abandona su cachorro y los guardianes tuvieron que darle leche en biberón.

Era una criatura adorable, un peluche de carne y hueso que pronto enamoró a los alemanes y el resto del mundo. Igualmente, tuvo el honor de ser el primer osezno en sobrevivir su infancia en el zoológico de Berlín en más de 30 años. Cuando un activista por los derechos animales condenó el hecho que Knut fuera criado en cautiverio, se formó la “knutmania”, con gente de ambos bandos discutiendo el animalito.

Llegó a ser una super estrella internacional y una de las principales atracciones turísticas en el zoológico de Berlín.

La vida de un oso polar puede alcanzar fácilmente los 35 años; Knut dejó de existir a los cuatro. Se conducirá una autopsia para establecer la causa de muerte por no sabemos qué se lo llevó tan temprano: solo sabemos que su muerte nos conmueve y se le va a extrañar.

Artículo en inglés

Información Wikipedia

Foto cortesía de tresspassers william via flickr