Osama Bin Laden no ganó la guerra contra EUA pero le dió golpes sumamente duros a la nación más poderosa del mundo implementando una estrategia que iba directamente a la yugular: la economía.
Según Ezra Klein en el Washington Post, el objetivo de Bin Laden fue desde un comienzo llevar a EUA a la bancarrota, tal como había conducido a la Unión Soviética a la bancarrota con la resistencia de una guerra de guerrillas en Afganistán.
Fue en esa nación que aprendió que “los superpoderes fallan al desmoronarse sus economías, no porque se les derrote en el campo de batalla”, dice Klein. “Es tal su aversión a perder que sufren los superpoderes que ellos mismos se llevarán a la bancarrota en sus intentos por controlar rocas y arena”.
La estrategia que implementó casi funciona, dice. Un juego altamente inteligente. Cita al economista nobel Joseph Stiglizt quien dice que el precio de las guerras de Iraq y Afganistán y la seguridad nacional han alcanzado US$6,000,000,000,000. Nuestra respuesta al ataque del 9/11 no tuvo que ser un intento por cambiar la totalidad del Medio Oriente, pero siendo un superpoder, pensamos en esa escala”. Y aunque no haya ganado Bin Laden, concluye Klein. “Tuvo un éxito parcial”.
