Esta máquina nos ha dejado con la boca cerrada.
Se trata de un dispositivo creado por un equipo de Microsoft que convierte el inglés hablado en mandarín, el idioma más hablado en la China. En tiempo casi real.
No solo eso, escribe Paul Marks en New Scientist. Imita con asombroso parecido el tono de la voz del que habla.
Es como tener su propio traductor, excepto que es usted y que usted es una máquina.
Dice Rick Rashid, de Microsoft en Tjianjin, China: “En unos pocos años esperamos lograr romper la barrera de comunicaciones entre la gente”.
Ilustración: “La confusión de las lenguas”, Gustave Doré, Wikipedia
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