El ex general argentino Antonio Domingo Bussi murió el jueves 24 de noviembre a los 85 años en un sanatorio de Tucumán, Argentina, informa Radio Francia Internacional.
Bussi, a quien se le adjudica la desaparición de mil personas durante el periodo que fue gobernador militar en la provincia de Tucumán, hasta sus últimos días reivindicó la represión de la dictadura en la “guerra contra la subversión marxista”.
Juzgado en el 2008, Bussi afirmó que,
“Soy un perseguido político por los derrotados de ayer en una guerra justa y necesaria contra la agresión marxista y leninista. Sigo siendo el mismo Bussi de siempre”.
Bussi fue uno de los padres de la represión, encabezando en 1975 el Operativo Independencia, lanzado por el gobierno de la presidenta Isabel Perón (1974-1976) contra la guerrilla del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), “inaugurando los años de plomo de la represión ilegal”, apunta RFI.
El 24 de marzo de 1976, el mismo día del golpe de Estado, Bussi asumió como gobernador militar de Tucumán.
Se le adjudican mil desapariciones en los al menos 30 centros clandestinos que operaron en la provincia. Bussi no sólo ordenaba la represión, dice RFI, sino que torturaba y ejecutaba con sus propias manos.
Bussi creó después de la dictadura militar un partido de derecha que reivindicaba el plan de exterminio de opositores por las Fuerzas Armadas.
Fue elegido diputado en 1989 y 1993, y en 1995 ganó los comicios para gobernador de Tucumán. Sin embargo, dejó el cargo tras ser sometido a juicio político por corrupción. En 1999 obtuvo nuevamente una banca Diputado nacional. En 2003 fue elegido intendente de la capital tucumana, pero fue procesado por una desaparición y fue privado del cargo.
En 2008, un tribunal civil lo sentenció a una pena cárcel de por vida, que cumplía por su enfermedad en un barrio privado.
No nos cabe duda que va directo al infierno.
