En un elefante, usted y yo estimado lector, vemos una majestuosa bestia, perfecto milagro de la naturaleza.
Pero para los cazadores furtivos es su fuente de dinero.
Y por eso los matan.
Vilmente.
Tal ha sido el caso reciente en el parque nacional Hwange de Zimbabwe, donde recientemente se registró una nueva matanza.
Los huesos calcinados de 18 aparecieron cerca de un pozo de agua; habían sido envenenados con cianuro.
En total ya van 91 cadáveres hallados en estos días. Y podrían ser más.
Todo por el marfil, que se extrae de los colmillos de los paquidermos, para fabricar joyas y decoraciones — un mercado de entre US$7 mil y US$10 mil millones anuales en China y otros países de Asia.
Asesinos mal paridos.
Fuente: Newser
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