LANGOSTA ASESINAEn vez de cenársela, Noah Oppenheim equipó su langosta con una cámara infrarroja resistente al agua y puso al animal en aguas costeras de Maine.

Esperaba verlo alimentarse de bacalao, arenque y otros “peces de fondo“, los que de vez en cuando se meredean una que otra langosta.

Lo que capturó la langosta del estudiante de posgrado debiología marina en la Universidad de Maine es sencillamente aterrador: canibalismo generalizado.

Recuérdelo la próxima vez que pida una en un restaurante.

Gracias: Maggie Lance, Gawker

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