“Para poder continuar en Haití, necesitamos ser socios y formar parte del pla de reconstrucción,” dijo Paul McPhun, director de Médicos sin Fronteras en Haití a José de Córdoba del Wall Street Journal, “pero no creo que nadie sepa cuáles son esos planes”.

Se refería al estado de caos permanente que existe en esa nación desde que fue azotada por un terremoto que, además de matar unas 230,000 personas, dejó el país destruido con millones de damnificados. El Wall Street Journal dice que el problema no ha sido falta de dinero, ya que se donaron miles y miles de millones de dólares. Surge del hecho que para evitar la corrupción dentro del gobierno, la asistencia se canalizó en su mayoría a través de ONGs (Organizaciones No Gubernamentales), las que han llegado a ser más poderosas que el mismo gobierno.  Se ha creado una situación en que no existe casi ningún tipo de coordinación entre las ONGs y el gobierno. Dice que el enfoque ha sido más a corto plazo, y que en la actualidad más de un millón de personas viven en tiendas de campaña, agrega.

Tal es la falta de comunicación entre ONGs y el gobierno que el ex presidente de EUA Bill Clinton dijo en un discurso a los seis meses del sismo. “Me dirijo a las ONGs, díganos qué están haciendo y dónde lo están haciendo”.

El conflicto entre ONGs y el gobierno, continúa, ha sido una de las razonas que la epidemia de cólera ha alcanzado la capital Port-au-Prince, llevándose ya más de 800 vidas. Las Naciones Unidas han pedido otros US$164 millones para combatirla.

Artículo en inglés

Foto cortesía de edytamaterka via flickr