A nuestros antepasados les gustaba comer cerebros — de antílopes.
Descubrimientos en Kenia, escribe Bruce Bower de Science News, considerados como la evidencia más temprana de la caza por homo erectus, indica que extraían los cerebros de antílopes y ñus para comerlos.
También disfrutaban de carne de gacela.
La evidencia indica que para esa época, los homínidos sabían cortar la carne y seleccionar los trozos más carnosos.
Los científicos también han encontrado un número desproporcionado de cráneos de animales en la zona, lo que sugiere que nuestros antepasados rescataban las cabezas de otros animales que dejaban intactatos los grandes felinos.
Marcas en los cráneos indican que cavaron con piedras para hasta poder deleitarse con los cerebros, dice Science News.
Un estudio de los resultados sugiere que el tejido cerebral es rico en nutrientes lo cual puede haber ayudado a sostener cuerpos y cerebros más grandes, y recorrer grandes distancias.
Imagen: Wikipedia
