0,,17053492_303,00Se vendió al público como la guerra que pondría fin a todas las guerras. Comenzó en 1914 y, al terminar en 1918, había cambiado el rostro de Europa, poniendo fin a varias monarquías. Los ganadores se ensañaron con los perdedores y en el Tratado de Versailles de 1919 se obligó a la derrotada Alemania a pagar. Por todo.

Sería el resentimiento alemán ante la derrota, que los fascistas del movimiento nazi de Hitler atribuyeron a “los judíos”, y las exigencias del Tratado de Versailles, las que sentaron las bases para la Segunda Guerra Mundial que, a diferencia de la anterior, tenía empotrado el elemento de racismo y genocidio. 

El portal alemán Actualidad Deustche Welle entrevista a Herfried Münkler “el primer alemán en mucho tiempo que se ha atrevido a hacer un análisis completo de la Primera Guerra Mundial”, que él, al igual que muchos historiadores franceses, llama la “Gran Guerra”, título que da a su libro.

Apartes: 

“Es la guerra que ha definido a la Europa del siglo XX. Se puede decir que, sin esa guerra, nunca habría habido una Segunda Guerra Mundial, seguramente tampoco habrían surgido ni el nacionalsocialismo, ni el estalinismo, y habría sido difícil contemplar una toma de poder bolchevique en Petrogrado. Habría sido un siglo totalmente diferente. En este sentido, utilizar el término ‘Gran Guerra’ es acertado”.

“Yo sostengo que el término culpable es poco útil en este contexto. Es, quizá, un término moral o jurídico. Al menos, así fue formulado en el Artículo 231 del Tratado de Versalles: ‘Alemania carga con toda la culpa’. Pero esta es una discusión que no tenemos por qué continuar hoy. Tiene más sentido hablar de responsabilidades que de culpa, y centrar la atención en las fallas de apreciación y en los desaciertos. Eso es lo que, cien años después, puede resultar útil para aprender de los errores de entonces”.

“¿Le corresponde a Alemania, en vista de su pasado, mantenerse al margen de todo tipo de conflicto y dar ante sus vecinos europeos una imagen de desidia, o acaso de aprovechador de la situación? Es como si los otros empujaran el carro y los alemanes se sentaran y se dejaran llevar mientras se benefician de esa situación. Creo que ese papel -que desempeñaron las antiguas RFA y RDA- finalizó definitivamente con la caída del Muro de Berlín, y que ahora, entre otras cosas, somos un pueblo, un país unificado. Aunque no tenemos por qué sentirnos excesivamente importantes, tampoco debemos rehuir nuestra responsabilidad”.

Entrevista completa en español

Foto via DW