HAITICon un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana, unos 200,000 hijos de haitianos indocumentados nacidos allí han perdido su ciudadanía dominicana disparando una alarma internacional por sus repercusiones.

Los efectos de esta decisión irrevocable, escribe Randal C. Archibold en el New York Times, podrían sentirse a nivel hemisférico a medida que las autoridades inician una auditoria sobre los registros de nacimientos desde 1929 “para establecer quien ha dejado de clasificarse como ciudadano”.

La comisión de las Naciones Unidas para refugiados ha advertido que la decisión “puede despojar a decenas de miles de personas de su ciudadanía”, mientras que la alianza regional de naciones caribeñas, a la que República Dominicana busca ingresar, denunció que masas de gente están “siendo lanzadas a un vacío constitucional, legal y administrativo”.

Según el New York Times, “la intensidad de emociones en torno al caso lleva consigo ecos del debate de inmigración en EUA y otras naciones, donde existe un gran desacuerdo sobre cómo tratar a los trabajadores migrantes y sus hijos”.

El fallo surgió del caso de Juliana Deguis, de 29 años, nacida en un hogar de trabajadores haitianos sin documentos.

Dice el Times que aunque hasta el 2010 la República Dominicana otorgaba ciudadanía automáticamente a cualquier persona nacida allí, los descendientes de haitianos siempre sufrían algún tipo de discriminación racial.

Es, agrega el Times, otra etapa más en la torcida historia de relaciones entre ambas naciones que comparten la misma isla.

Cita a Edward Paulino, historiador de John Jay College y experto en las relaciones entre Haití y la República Dominicana. “Es un país de inmigrantes en que ningún grupo es como los haitianos, que llegaron a un país con una cultura de orgullo negro a un país que eligió identificarse con las élites europeas”.

La decisión tiene amplio apoyo, dice el Times, y algunos sectores de poder en República Dominicana han manifestado con firmeza que es asunto interno y no de la incumbencia de ningún otro país.

Artículo en inglés

Foto cortesía puroticorico via flickr