Karl Lagerfel, al final del desfile el 5 de julio en París, sale a saludar, calmadamente, dando una vuelta triunfal, mirando el público, que le premió con una larga ovación.
Así terminó la muestra en de la nueva colección de Chanel para el Otoño-Invierno del 2011: dan ganas de que se acabe pronto el calor para poder verla en la gente.
El evento tuvo lugar en el Grand Palais, bajo un elaborado escenario que reproduce la Place Vendôme, que conmemora la batalla de Austerlitz, donde bajo Napoleón los franceses derrotaron una fuerza rusa y austriaca conjunta en el año 1805. Pero esta noche, desde el tope de la columna Coco Chanel vigilaba.
Para la Casa Chanel, Vendôme es una plaza emblemática, ya que Mademoiselle Coco vivió allí en el Hotel Ritz. Incluso la tapa de Chanel No 5, en su forma octogenal, recuerda el diseño de la plaza.
Este año, Lagerfeld da trae las estrellas al conjunto clásico channel, falda y chaqueta con manga tres cuartos en tweed. Los cristales mezclados en el tejido dan un efecto titilante, un toque mágico y encantador en el misterio de la noche.
Los tonos blanco, gris y negro clásicos se complementan con el brillo de los bordados y púrpura de las chaquetas. El tweed se reinventa con cortes más ceñidos, que siguen la silueta, faldas estrechas, incluso botas con costuras exteriores que recuerdan las medias de seda.
Un abanico de tonos para la noche — negro, violeta, plateado — plumas, organza: una orgía estética.
Definitivamente otro triunfo más para el legendario Karl Lagerfeld.
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