Al fin de cuentas, la histórica votación de más de ocho millones de colombianos por un candidato de la izquierda no bastó para que Colombia cambiara su predilección por la derecha y ganó el protegido de Alvaro Uribe, quien entró a la segunda vuelta de estas elecciones presidenciales con el apoyo de las fuerzas sociales, políticas y económicas que llevan dos siglos en el poder.
Con 10.3 millones de votos, Iván Duque será el próximo inquilino de la Casa de Nariño y tendrá que enfrentar a una oposición vigorizada encabezada por el exalcalde de Bogotá, antiguo guerrillero del M19, y ahora senador Gustavo Petro quien en su discurso de concesión afirmó que “no me considero derrotado”.
La pregunta en mente de muchos es ¿será Iván Duque el “Trump colombiano” y se enfocará en desmantelar los logros de su predecesor tal como está haciendo Donald Trump con el legado de Barack Obama
¿Qué va a suceder con el proceso de paz, que desmovilizó a casi 10,000 miembros de la guerrilla más antigua del planeta, y puso fin a un sangriente conflicto de más de medio siglo que ha causado 8 millones de víctimas, y cuyo principal oponente fue el expresidente y ahora senador Alvaro Uribe?
¿Signficará la orientación “pro libre empresa” de Duque un cambio hacia un capitalismo irrestricto, que a nombre del crecimiento del país eliminará todo intento de proteger el medio ambiente?
¿Se protegerá la educación?
Estas son solo unas cuantes de las preguntas que enfrentan los colombianos.
Pero son reflexiones que permanecerán en segundo plano por ahora, ya que la atención de los colombianos se centrará en el mundial de fútbol, donde Colombia enfrenta su primer juego.