La Haya TribunalEl fallo de la Corte Internacional de Justicia de la Haya ha sido mejor de lo previsible para Colombia y los llamados a desobedecerlo constituyen un grave error producto de un “nacionalismo depresivo” y de “banderitas”, advierte Jorge Orlando Melo en una columna en El Tiempo.

“Nicaragua quería a San Andrés y Providencia, y la Corte Internacional de Justicia los declaró colombianos”, dice. “Pedía que se reconociera la soberanía de los cayos e islotes que se encuentran sobre la plataforma continental de Nicaragua, y la corte los declaró colombianos”.

La única medida en que Colombia no logró lo que buscaba, dice, fue respecto a las fronteras marítimas y las zonas de exclusividad económicas. “En este tema, la corte prefirió buscar algo de equidad y le asignó a Colombia, que tiene el 11 por ciento de las costas pertinentes, el 23 por ciento de las áreas de uso económico”.

Sin embargo, apunta, el efecto económico no es algo que no tenga solución para los isleños que viven de la pesca. “Toda la zona del archipiélago produce menos de 200 toneladas de langosta al año y los pescadores artesanales son menos de 200, que se pueden ayudar con actos administrativos sencillos y sin medidas heroicas”.

Más preocupante, en la opinión de Jorge Orlando Melo, es lo que él llama “nacionalismo depresivo”: “Nos sentimos colombianos cuando nos tratan mal, nos discriminan, nos creen narcotraficantes o delincuentes. Y es masoquista: se alimenta con las derrotas de la selección Colombia o con el mito de que Colombia perdió grandes territorios con los países vecinos”.

Concluye que, “Ahora ese nacionalismo de banderitas está excitado y pide que no obedezcamos la decisión de la corte, como si fuéramos un país de matones, donde la ley se cumple solo cuando le sirve a uno”.

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(Infografía: El Tiempo/GDA)