En la obra de Gogol “Almas muertas”, Chichikov compraba almas. Las de los muertos. Muy parecido a lo que ha sucedido en la cuenta de Twitter de Mariano Rajoy, presidente del gobierno de España, que parecía tener miles de seguidores que han resultado no existir.
¿Cómo pasó lo que ha dado mucha leña al fuego de la mofa contra el poco carismático líder?
Elsa García de Blas — con la sabiduría ibérica de los médicos en la zarzuela El Rey Que Rabió — en una nota El País baraja dos opciones: “La cuenta del presidente ha podido sufrir un ataque para desprestigiar su imagen”, aunque también es posible que “que el propio equipo de Rajoy utilizara un atajo para mejorar su reputación digital”.
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