Odio a Trump y la política en EUA“Si tuviera un mundo propio, todo sería una tontería. Nada sería lo que es, porque todo sería lo que no es. Y por el contrario, lo que es, no lo sería. Y lo que no sería, sería. ¿Ves?”
Lewis Carroll, Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas y a través del espejo

El galardonado periodista Glenn Greenwald comenta en The Intercept sobre la intervención militar de EUA en Siria y el reciente anuncio por parte del presidente Trump de que retiraría las tropas estadounidenses de esa región, donde desde hace una década se libra una cruenta guerra civil sin fin aparente.

La decisión del presidente causó amplia oposición, afirma. Algunos se oponen a este repligue. “La gran mayoría del apoyo para mantener tropas allí viene de los votantes del Partido Demócrata, mientras que los republicanos e independientes están a favor de retirarlas”.

“Las cifras son brutales: de las personas que votaron por Clinton en 2016, solo el 26% apoya el retiro de tropas de Siria, mientras que el 59% se opone. Los votantes de Trump apoyan de manera contundente retirarlas, 76% mientras que el 14% prefieren mantenerlas allí”.

“Durante los años de Obama, las encuestas mostraron consistentemente que la gran mayoría de los demócratas favorecía retirar de todas las tropas de Afganistán”.

“Ahora cuando, en lugar de Obama, es Trump quien pide la retirada de tropas”, ello ha cambiado:

“Los nuevos datos de sondeos muestran mucho más apoyo para el retiro de las tropas entre los republicanos e independientes, mientras que los demócratas ahora están divididos o incluso opuestos”.

“Entre quienes votaron por Trump en 2016, hay un apoyo masivo para el retiro: del 81% al 11%; los votantes de Clinton, sin embargo, se oponen a la eliminación de tropas de Afganistán por un margen del 37% a favor y el 47% se opone”.

Sin ir demasiado lejos en la historia de EUA, muchos de los comentaristas en los programas críticos de Trump son los mismos que metieron a EUA en la desventura en Irak, bajo la falsa noción de que el gobierno de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva.

Lo anterior refleja cómo pasados dos años de la administración Trump, en EUA se ha efectuado un vuelco total de la política, borrándose casi completamente las posiciones que durante años habían llegado a definir a los principales partidos que monopolizan la política del país.

Va más allá de la intervención militar en conflictos de otras naciones.

Los republicanos, por ejemplo,durante medio siglo se  posicionaron como el partido de la “Ley y el Orden”, de la “Responsabilidad Fiscal”, de los “valores familiares”, el cual imponía “valores morales” reprimiendo cualquier expresión de  sexualidad y que definían como parte de la “inmoralidad”.

Hoy día, desde las cúpulas de los republicanos llueven los ataques contra el FBI, organización que desde que hizo público su papel en las investigaciones al presidente Trump ha sido presentada como un brazo de la represión del “Estado profundo”, un organismo corrupto y anti democrático. Este ha sido el mensaje que han repetido el presidente y sus voceros, tanto en la administración como Fox News.

Los demócratas, quienes en varias ocasiones atacaron al FBI y otras agencias de inteligencia por reprimir la libre expresión, vigilar ilegalmente cualquier disidencia, como los movimientos pro derechos civiles y en contra de la guerra de Vietnam, ahora presentan al FBI como paladines de la democracia. Cualquier crítica al FBI cae en el campo de la traición.

En cuanto a la “Responsabilidad Fiscal”, pregonada por los republicanos, la deuda nacional del país es la más alto en la historia. Se calcula que alcance 22,000,000,000,0000. Veintidós trillones estadounidenses, es decir 12 zeros. Pero nadie en el campo republicano dice mucho al respecto.

Sobre los llamados valores familiares, cabe señalar que el actual presidente apoyado sin crítica alguna por las iglesias evangélicas, los mismos que atacan la falta de moralidad, ha estado casado 3 veces. Y en las páginas de la prensa se discuten abiertamente sus romances extramaritales con una estrella de porno, una modelo de Playboy — por no decir el lenguaje vulgar con que se ha referido a las mujeres. Nadie dice nada.

(Los demócratas que durante años protegieron, o al menos intentaron justificar, al expresidente Bill Clinton por sus andanzas, ahora son los primeros en atacar a Trump).

Otro caso, la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés). Presentada durante décadas como la defensora del derecho del estadounidense a portar armas, derecho plazmado en la constitución del país, tan americana como la torta de manzana, hoy se encuentra en los titulares por sus lazos con el Kremlin. De hecho, María Butina, una ciudadana rusa detenida bajo sospechas de espionaje y quie se declaró culpable de trabajar en EUA como agente de Rusia había forjado una serie de lazos con Rusia y los directivos de la NRA. Nadie dice mucho.

Finalmente, está el caso la relación de Donald Trump con Rusia. Hoy 14 de enero ¡negó haber trabajado para los rusos! Lo hizo en respuesta a los informes que indican que el FBI lo ha investigado como posible riesgo a la seguridad nacional.

Algunos medios y periodistas debaten abiertamente si Trump es o no un agente ruso. Otros usan la palabra “traidor” para referirse al presidente, otros más sugieren que su codicia lo condujo a vender el país. El tono de los enemigos de Trump — muchos de ellos vinculados al partido demócrata — recuerda al senador Joe McCarthy y su cruzada anticomunista.

Pero los republicanos, y los portales de en donde expresan sus opiniones, jamás cuestionan al presidente y sus relaciones con Rusia.

Dos años han pasado desde que Donald Trump asumió la presidencia. Hoy día, arriba es abajo. Blanco es negro. Bueno es malo. Guerra es paz.

Es como si nadie hubiera pausado un momento para ver en qué momento todo cambió. ¡El transfugismo, o prestidigitación política! Un juego de espejos, digno de Alicia y su país de las maravillas.