Para el Wall Street Journal, la adhesión de Crimea a Rusia fue una garrafal falla de inteligencia y, en una nota en primera plana firmada por Adam Entous, Julian E. Barnes y Siobhan Gorman, el rotativo ha señalado culpables con los dedos de ambas manos.
“Aunque hubo advertencias, no poseíamos la información para poder decir exactamente qué iba a suceder”, dijo un funcionario estadounidense.
Parte de la razón podría haber sido que Vladimir Putin, antiguo capo de inteligencia soviética, no usa dispositivos electrónicos, escribe Simon Shuster en el New York Times. Ello significa que el lider ruso es “un blanco muy difícil para los espías internacionales”.
La tecnofobia de Putin es parte de una tradición rusa más antigua que el propio teléfono: una aversión al parloteo que se ha cableado en la psique nacional después de un siglo de vida en un estado policial industrial. ‘Esto no es una conversación telefónica’ les gusta decir a los rusos en medio de una conversación telefónica, recordando que sólo la conversación más inocente se puede transmitir con seguridad a través de una línea insegura.
El hombre que por años escuchó las llamadas de sus compatriotas bien conoce los riesgos que conllevan.
Dice el Times que Putin escribe a mano, en lápiz, las órdenes.
Pero Philip Bump en The Wire cree que, sí la aversión de Putin hacia la tecnología ha sido un factor, pero más importante es el hecho que por 15 años EUA ha estado escuchando a otros (Usted y yo estimado lector), en busca de terroristas, reduciendo los recursos que le dedicaba al antiguo bloque soviético.
A nadie debe sorprender que las agencias de inteligencia de EUA pedirán aún más dinero para comenzar a espiar más a los rusos.
Más información en inglés, Wall Street Journal
Más información en inglés, New York Times
Más información inglés, The Wire