En lo que podría considerarse un caso típico de “si no me dejan ganar nadie juega”, se ha calculado que el cierre del gobierno ocasionó pérdidas de US$6 mil millones y unos 120,000 puestos de trabajo.
Y podría ser peor, escribe Sam Stein en The Huffington Post, quien se basa en datos proporcionados por la Office of Management and Budget.
El informe proporciona el vistazo más detallado hasta la fecha en cuanto el daño que causó el cierre. Entre los resultados que se destacan se incluye el hecho de que durante el cierre los empleados federales estuvieron parados por un total de 6.6 millones de días hábiles, y se recibieron US$2 mil millones en salarios atrasados por el trabajo que nunca realizó. Los parques nacionales del país perdieron alrededor de US$500 millones en gastos devisitantes en todo el país, mientras que cerca de US$4 mil millones en reembolsos de impuestos se retrasaron debido a que el Internal Revenue Service estaba cerrado.
También, puede haber bajado entre .2 y .6 % el Producto Industrial Bruto, aunque parece que aquí los brutos fueron los políticos que decidieron cerrar el gobierno.
