Lady Gaga estrenó el video musical de su último single, “Marry the Night”, que ella misma dirigió y contiene referencias autobiográficas.
Comienza con la artista en camilla, en la sala de psiquiatría de un hospital, delirando que “voy a a ser una estrella”.
Luego la vemos medio desnuda en un hotel, donde recibe una mala noticia que la lleva al borde de la desesperación (“Escena de la Locura”), hasta tirarse en cereal encima y pintarse el pelo de verde.
Pasan los años en el relato, y los minutos en el video, y es a la altura del 8:40 que finalmente comienza la canción la vemos en un enérgico baile.
El baile se prolonga, saliéndose del estudio, lanzándose por las calles, sobre autos, hasta que la artista comienza a levitar, vestida con haute couture y llega al éxito, la fama.
Es una estrella.
Desde el punto de vista de la narrativa, la historia realmente no es muy diferente a la de cualquier artista moderno y nada de excepcional que haya alcanzado el éxito: esfuerzo, desencanto y victoria.
Su poder consiste en el impacto visual, que es realmente poderoso.
Dijo en una entrevista de presentación al video que la escena del hotel es bastante real porque le recuerda el momento que su primera casa de discos la zafó.
Ahora, hemos comparado la llamada “Escena de la Locura” con otra escena similar, Lucia de Lamermoor, que presentamos en versión de María Callas en La Scala.
Usted juzga cuál tendrá mayor trascendencia. (Y Callas no tiene cinematografía, aquí).
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